vendredi, mars 21, 2008

Ronald y Michelle

La risa de una niña me despertó hoy, al principio creí que era un sueño pero después me di cuenta que una niña de 7-8 años estaba parada en la puerta del dormitorio de Lucy. Me sentí un poco raro, porque no sabia que decir, la niña entonces dijo que su mami había ido por mas leche para su cereal y me pregunto si me gusta el cocoa pebbles; le dije que no comía cereal desde hace 15 años, algo que le causo mucha risa. Entro a la habitación y cubrí mi cuerpo como pude, la niña me ha dicho que se llama Michelle y le gusta mucho dibujar perros y gatos; para sacarla de la habitación le dije que me gustaría ver uno de sus dibujos y salió corriendo a buscarlos, eso me dio suficiente tiempo para ponerme los pantalones.

Michelle me enseño aproximadamente 120 dibujos, todos tiene un perro y un gato, un 60 % de esos perros son idénticos pero tienen variación en los colores, el resto son mas que todo deformados. Justo cuando sacaba el quinto libro de dibujos Lucy llego con un galón de leche y un cartón de huevos y nos presento formalmente. No tenia la menor idea que ella tenia una hija, o sea no me molesta en lo mínimo, nada mas no me lo esperaba.

Mientras Lucy se bañaba cocine omelettes para los tres y fueron un éxito total (siempre es bueno ser un chef aunque sea de una sola receta) después nos sentamos a ver caricaturas con Michelle y pensé que debería de ir a casa a dormir un par de horas mas antes de regresar a trabajar pero Michelle le pidió a su madre que la llevara al parque, cuando Lucy dijo que si la niña me miro y me dijo que yo también tenia que ir con ellos, su madre dijo que no le pusiera atención pero la niña insistió a que fuera con ellas. Los únicos planes que tenían eran de dormir y al fin era un día muy lindo en NY, así es que nos fuimos a caminar.

Caminar por el parque solo siempre me ha gustado, incluso creo lo comencé a hacer cuando todavía comía cereal. Esta vez me encontré caminando con una niña de la mano y seria un mentiroso si dijera que no sentí nada en ese momento, pensé en que bonito seria que los tres fuéramos familia de verdad, en llevar a Michelle a tomar un helado en esos días infernales del verano neoyorquino, ir a patinar en el hielo en central park, escuchar el sonido de las caricaturas los domingos a las 7 am y en fin tanta cosa que vendría con tener una familia; por supuesto no seria todo diversión pero quizás los problemas familiares son un pequeño pago por este tipo de felicidad.

Camine de regreso con las dos hasta su apartamento y me regrese al mío. Me he pasado un día muy bonito, después de despedirme de Michelle, Lucy me pidió que la disculpara por no haberme dicho que tenía una hija y le dije que no había problema, yo tampoco le había confesado toda mi vida. Me pregunto que pensarían mis padres y mis amigos de Michelle y Lucy, seguro los mirarían con mala cara por no tener el mismo “estatus social”, pero eso es lo que menos me importa.

Antes de llegar al apartamento pase por el supermercado y ahora estoy comiendo cocoa pebbles, no recuerdo que fueran tan dulces pero igual todavía son deliciosos.

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